El Ferrari Testarossa se presentó en 1984 como sucesor del 512 BBi. Este nuevo auto Ferrari impactó en el mundo entero tanto por sus prestaciones como por su singular diseño. Es uno de los diseños más influyentes entre los autos deportivos. Su marca en la historia es tan grande como la de muy pocos vehículos.
El Testarossa debutó en 1984 como sucesor del Ferrari 512 Berlinetta Boxer, un auto que descendía del modelo 512 de la década de 1970. El flamante Testarossa mantenía la tradición de autos Ferrari tipo Berlinetta con motor ubicado centralmente detrás del piloto con 12 cilindros opuestos a 180 grados. Este tipo de motor recibe la denominación Boxer.
La nueva generación de motores Boxer contaba con renovada tecnología de inyección de combustible y cuatro válvulas por cilindro. El mismo nombre del auto derivaba del motor, ya que en italiano “Testarossa” significa “tapas rojas”, en alusión a sus grandes tapas de cilindros pintadas en color rojo.
La base del Ferrari Testarossa era la misma del 512 BBi, aunque el nuevo auto Testarossa agregaba amortiguadores hidráulicos a los triángulos superpuestos del tren trasero. El motor era similar en concepto pero más avanzado, con mejor inyección de combustible y cuatro válvulas por cilindro.
Probablemente la modificación técnica más emblemática sea el cambio del sistema de refrigeración, puntualmente por su incidencia en el diseño exterior de la carrocería. Mientras el 512 BB tenía un único radiador en el frente, el Testarossa adoptaba dos radiadores ubicados por delante de cara rueda trasera. Esto forzó a la utilización de las inmensas tomas de aire laterales.
Este Ferrari fue un éxito rotundo en muchos países difíciles de dominar para los italianos. Incluso lograron ganar popularidad entre los fanáticos de los deportivos en EE.UU., cuando su icónico Chevrolet Corvette estaba en un momento de auge y esplendor.
Si bien el Testarossa era un deportivo imbatible en las calles, nunca llegó a las pistas; como sí lo había hecho su antecesor el 512 BB, aunque sin grandes éxitos. Esta ausencia en las pistas por parte de Ferrari dio lugar a un impresionante desarrollo y dominio por parte de los alemanes de Porsche.
El Ferrari Testarossa se fabricó entre 1984 y 1990. El Testarossa y sus sucesores, el 512 M y el 512 TR llegaron a una impactante cifra de casi 10.000 unidades fabricadas en 12 años, entre 1984 y 1996. Por tratarse de un auto de producción limitada y artesanal, es un número elevadísimo.
Suspensión: independiente en las 4 ruedas
Potencia: 390 hp a 6.300 rpm
Entre ejes: 2.550 mm
Peso: 1.660 kg
© Adrián Blanco 2006 – Prohibida la reproducción total o parcial de texto y/o imágenes sin consentimiento explícito por escrito del autor.