El Porsche 928 fue presentado en el Salón de Ginebra en marzo de 1977. Los primeros comentarios fueron algo hostiles, ya que los fanáticos de Porsche decían que el auto era muy grande y raro por su motor delantero. Pero una vez llegado al mercado, los malos comentarios fueron desapareciendo. El 928 demostró ser una joya de la ingeniería Porsche.
El V8 era muy potente y para mejor balance de peso, la caja de cambios fue colocada en la parte posterior del auto. La maniobrabilidad era excelente y las ventas aun mejores. La tecnología del 928 era digna de todo Porsche, tenía sistema de frenos antibloqueo, inyección electrónica de combustible y encendido electrónico. El chasis era de acero, a lo que se agregó un proceso de galvanizado para protegerlo de la corrosión habitual.
En cuanto al exterior, la carrocería tenía paneles hechos en aluminio para ahorrar algo de peso, aunque aun así tenía sus buenos 1.564 kg. Este auto no tenía paragolpes visibles, ya que la trompa y la cola eran de material sumamente flexible: poliuretano. Esto permitía absorver pequeños impactos sin deformaciones perdurables, esos paneles eran elásticos. Aunque por detrás se escondían refuerzos contundentes de acero.
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