Pininfarina diseñó y construyó el Mythos con el apoyo de Ferrari, que contribuyó con el proyecto facilitando un chasis y un motor igual al que equipaba al Testarossa, más todo el equipamiento necesario para poder presentar el prototipo totalmente funcional.
El diseño exterior estaba inspirado en el Ferrari Testarossa, aunque exagerando sus rasgos principales, la idea principal era explorar los resultados aerodinámicos en un deportivo roadster con nuevas proporciones: un voladizo frontal largo y una cola muy corta y elevada.
La carrocería fue fabricada en materiales de alta resistencia y bajo peso como la fibra de carbono y resinas varias. En tamaño, esta carrocería era 135 mm más ancha que la del Testarossa, aunque 180 mm más corta, de ahí su aspecto “cuadrado” cuando visto en planta. La diferencia en el largo se debe al rediseño del voladizo trasero, reducido a su mínima expresión.
Básicamente, el aspecto del Ferrari Mythos está definido por tres elementos principales: el largo voladizo delantero con un diseño innovador en sus luces, el parabrisas largo y notablemente bajo, más un gran alerón que complementa muy bien el recorte del voladizo trasero.
Los esfuerzos por mejorar la aerodinámica abarcaban más que el simple diseño de las superficies. El Ferrari Mythos estaba equipado con sistemas activos para mejorar la estabilidad a velocidades elevadas. Al sobrepasar los 100 km/h, los spoilers (delantero y trasero) automáticamente cambiaban su ángulo de inclinación activados por un sistema electrónico.
Los desarrollos aplicados en el Mythos dieron buenos resultados, destacándose el bajo coeficiente aerodinámico de 0.27. Dichos desarrollos fueron fuente de inspiración para algunas soluciones de diseño finalmente aplicadas en los modelos Ferrari 512 M y FXX.
Un factor clave para el buen funcionamiento del Ferrari Mythos es la combinación de bajo peso (1.250 kg) y el motor 12 cilindros boxer de 390 hp. Así, el prototipo construido por Pininfarina aceleraba de 0 a 100 km/h en menos de 5 segundos y alcanzaba los 290 km/h de velocidad máxima.
El primer prototipo fabricado fue vendido al Japón. Luego se fabricó otro prototipo que quedó en Turín. Y finalmente, el famoso Sultán de Brunei quedó tan impactado con el coche que encargó tres para su colección privada. Pininfarina se los fabricó cumpliendo con el pedido de tener cada uno en distinto color, uno rojo, otro azul y el último negro. Estos ejemplares fueron construidos con el volante sobre el lao derecho.
© Adrián Blanco 2007 - Prohibida la reproducción total o parcial de texto y/o imágenes sin consentimiento explícito por escrito del autor.
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