El año 1984 fue el punto de partida del desarrollo del Honda NSX. El objetivo principal era demostrar al mundo que Honda podía hacer un auto con toda la tecnología necesaria para lograr máximo rendimiento, gran eficiencia y características de manejo que fueran accesibles a cualquier comprador.
El desarrollo del auto y su tecnología fue muy minucioso. Desde el principio se enfatizó en la reducción de peso total y moderado consumo de combustible. Esto hizo que el proceso fuera algo lento. Los ingenieros de Honda innovaron en todo, incluso en la creación de nuevas aleaciones de aluminio que utilizarían en todo el auto. El NSX posee motor de aluminio con bielas de titanio y carrocería de aluminio, que le confieren características de bajo peso y elevada rigidez estructural.
El motor del Honda NSX es el resultado de un desarrollo muy racional. Con la adopción del sistema de regulación variable de válvulas (VTEC) y una potencia elevada bien administrada, el NSX permite al conductor un dócil manejo urbano. Claro que a la hora de acelerar, el NSX responde tan ágilmente como cualquier súperdeportivo: acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos y supera los 260 km/h.
El proceso de diseño del Honda NSX estuvo en manos de diseñadores japoneses, aunque el diseño final tuvo como responsable a Fioravanti, diseñador del estudio italiano Pininfarina.
En 1990, Honda inauguró una planta con 320 empleados dedicada exclusivamente a fabricar este auto deportivo. El éxito de ventas fue rotundo. El mercado estadounidense fue un fiel comprador de este excelente producto durante varios años.
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