Para que usted entienda la filosofía que este sitio plantea, citaré el siguiente ejemplo.
Suponga que de aquí a cinco años en el futuro, previendo la escasez de petróleo, un creativo desarrolla un sistema de propulsión alternativo no contaminante que ni siquiera requiere de lubricantes. Fascinado por su hallazgo y con grandes expectativas de causar un gran impacto en la industria y en la opinión pública, decide madurar más su proyecto.
El sujeto forma un equipo interdisciplinario integrado por un experto en aerodinámica, un diseñador de interiores, un estilista o diseñador de carrocerías y un ingeniero aeronaval. El resultado es un vehículo que no contamina al medio ambiente, es silencioso, no requiere ningún derivado del petróleo (no utiliza sistemas hidráulicos), no demanda caja de cambios ni otro sistema de desmultiplicación, tiene una autonomía de 1.200 Km.
El diseño de su carrocería es absolutamente innovador, libre de parantes (visión 360º) y con transiciones formales que colaboran con su eficiencia aerodinámica (con un coeficiente de 0,10) y distinto a todo auto que haya circulado por las calles. Los materiales presentes en su interior son ignífugos, el auto no se maneja sino que se "navega", no tiene volante ni pedalera. El proyecto a su vez, cuenta con un Sub-proyecto que consta de un sistema de navegación satelital, que en rutas y autopistas habilita una función de piloto automático.
Como todo proyecto bien realizado, tiene un macro plan estratégico que contempla factores financieros y económicos, que a su vez planea los aspectos de la fabricación de este vehículo, que reduce los costos de planta en un 25% por unidad, por tener aplicado un sistema de calidad total y mejora continua superior a los que aplica Toyota hoy en día (esta compañía es en la actualidad el máximo referente mundial en cuanto a dichos procesos).
Ahora llega la parte interesante, la hora de reflexionar acerca de la conducta del ser humano. Es más que probable que el vehículo descripto no tenga aceptación por parte del público por estar demasiado adelantado a su época, pero no solo técnicamente, sino también "culturalmente".
Es un error frecuente en el diseño de productos, ver al objeto a diseñar o evolucionar tecnológicamente separado de su usuario, su mercado y segmentación, su competencia y sobre todo la cultura de consumo y de adaptación a la innovación de sus potenciales clientes. Esto es lo que quiero compartir en estos escritos, conceptos de diseño racional y objetivo, que si es amplio en sus horizontes y ambiciones, deberá incluso adoptar el factor subjetivo para su inserción en la sociedad.
© Adrián Blanco 2004 – Prohibida la reproducción total o parcial de texto y/o imágenes sin consentimiento explícito por escrito del autor.