Mi visión de lo que se conoce hoy en día como retro-futurismo, sus alcances y concreciones en éxito.
En la foto se ve el Lion de Stefan Schulze, proyecto ganador del concurso de Retro-futurismo de Peugeot.
La relación existente entre el ser humano y el automóvil es mucho más compleja de lo que parece. Despierta ambiciones, pasiones, incluso nostalgia, pero en muy pocas ocasiones indiferencia. Hay quienes dicen que un buen auto es aquel que los transporta confortablemente a destino, minimizan la atención a la marca o el modelo de auto, pero aun así, siempre tienen alguna opinión acerca de sus experiencias en los distintos autos en los que han viajado.
El diseño retro-futurista es un esfuerzo por capturar a personas con distintos criterios, recopila elementos que fueron distintivos y característicos de las décadas del 50 y 60 principalmente. La idea central es llevar esos rasgos del pasado al futuro, a lo que está por venir en términos de nuevas tendencias de styling.
Este tipo de diseño se ve casi exclusivamente en "concept cars", ya que los autos de producción masiva con características retro, solo traen elementos que distinguieron a modelos anteriores, que fueron exitosos y se mantienen presentes en la memoria del mercado de consumidores. No muestran proyección alguna al futuro, si es claro que se fusionan los estilos.
Un motivo muy importante para que el diseño sea retro y no retro-futurista es la seguridad de inserción en el mercado. Anteriormente mencioné que en este tipo de diseños se toman elementos exitosos en el pasado, eso quiere decir que el público ya lo acepó una vez, y lo hará nuevamente.
La diferencia con la proyección al futuro es que la innovación, en lo que a diseño de formas se refiere, es juzgada con gran subjetividad, por tanto, no es factible asegurar el éxito en un 100%. Estos conceptos le ayudarán a comprender por qué los autos que hoy se comercializan tienden a tener demasiados rasgos en común, al punto en que dificultan distinguir entre la compañía que fabrica cada producto.
Lo que uno vende porque está de "moda", también lo venderá el otro fabricante por la misma causa. Cabe destacar que en ocasiones vemos vehículos muy similares en apariencia, no por el motivo recientemente mencionado, sino porque comparten plataformas con el objetivo de reducir drásticamente los costos de producción, tal es el caso en Europa entre BMW y Rover, Renault y Nissan, o en EE.UU. Chevrolet, Pontiac y Oldsmobile.
Como conclusión fundamento mi punto de vista: el retro-futurismo es una manera más de globalización. Intenta estandarizar y sentar bases de criterios de elección, de manera que el cliente aun tiene derecho a elegir entre distintos fabricantes.
Lamentablemente, lo que no tiene es diversidad, no hay posibilidad de conseguir algo que no sea lo que las grandes corporaciones imponen como producto que teóricamente satisface las necesidades de ese cliente. Para concluir, lo que en principio puede parecer un asunto estricto de diseño formal, es en realidad mucho más profundo, y contempla un gran espectro de factores culturales involucrados.
© Adrián Blanco 2004 – Prohibida la reproducción total o parcial de texto y/o imágenes sin consentimiento explícito por escrito del autor.